terminar o no terminar... eh ahi mi dilema

Bueno pucos buenos lectores, como ven en el titulo del post, eh pensado varias veces en si deberia terminar esta blog, es decir, cerrarlo, a veces no me nace escribiro simplemente a veces no tengo nada que escribir.... también a veces siento que es un peso muerto en el servidor de blogger ya que casi nadie me visita, o almenos pocos dejan mensaje, por lo que contribuye a que tampoco me den ganas de escribir algo.

Ultimamente eh andado un poco ridiculo, no tengo idea de por qué pero asi siento que me la eh pasado... cero que una de las razones por la cual casi nadie me visita es porque eh dejado de frecuentar blogs que me gustaba mucho leer y dejaba comentarios para saludar a sus autores a los cuales encontraba agradables, aun cuando no leia completa la entrada jajaja, en fin como decia no se cuando resiba la respuesta a este problemilla.

Por ahora los dejo con este fragmento de un libro-diario que estoy leyendo que me dejo con lagrimas en los ojos (por cierto, ya habia dicho que soy algo sensible asi que no me crean raro...bueno si soy pero no en ese sentido)


"Entre lagrimas le rogué que no se fuera; le dije que lo iban a matar, que no lo volvería a ver, pero él me insistió en que tenía que cumplir con su deber. Le reclamé que su deer era estar conmigo y me respondio que antes de eso tenía otro deber superior. Me dijo que yo no sabia quién era él y que se hiba a presnetar: "Soy el teniente Juan de Dios Gonzáles, del estado mayor del general en jefe del Cuerpo del Ejercito de Oriente, Porfirio Díaz." Supe entonces que conoció a Díaz desde 1861, qe su padre era el agente confidencial del general en la ciudad de México, y que el general lo nombró teniente en atención de sus estudios, pero que ya debía irse a las filas. (...) No me quedó más remedio que aceptar. Dejé de llorar y me atreví a besar sus labios. Luego, él me abrazó con fuerza. Hice lo que hacen las mujeres cuando su hombre se va a la guera: me quite la medallita de la Virgen de Guadalupe que me dieron mis papás y se la colgué en el cuello, le di un último beso y la bendición. Luego se fue. Me puse a llorar hasta que mis papás me cosolaron."

-Diarios Mexicanos: Diario de Clara Eugenia "el efimero imperio de Maximiliano vivido por una joven
Primera edicion SEP/ Planeta, 2002